LENGUA MAPOYA DECLARADA PATRIMONO INMATERIAL DE LA HUMANIDAD POR LA UNESCO
domingo, 9 de marzo de 2014
Mi
abuela en el patio de la comunidad sembraba de manera tradicional y
artesanal variedades de ajíes picantes, recuerdo que decía que los
hombres era impresindible comer picante para que el cuerpo calentara y
tuvieran más fuerza a la hora de trabajar largas horas en los conucos o
pescar. Cuando llegaba a la comunidad sí mi abuela me ofrecia algún
plato de comida, decia -héchele picante para que cuando sea vieja no
sufra de enfermedades-. De ahí nació mi gusto por el picante y al que le
atribuyo los 104 años que vivió mi abuela, ya que en su comida no
faltaba el ají.
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